DAF OS DESEA FELIZ NAVIDAD!!!


 

FelizNavidad-DAF

Queridos amigos:

Se me ha pedido desde una aldea cercana a Bombay que les escriba algo que pudieran leer y compartir todos juntos, tanto budistas, cristianos y musulmanes como no creyentes, pues en las comunidades más pobres a las que prestamos ayuda no se excluye a nadie, y los mas pobres de los pobres son conocidos como los «harijans» o hijos de Dios, como los llamaba Gandhi, pues detestaba la palabra «paria o intocable». El ser humano necesita tanto la caricia y el abrazo como el comer. Acordémonos de todos aquellos que pasarán estas Navidades en soledad. Seguro que necesitan unas manos que los acojan como las del poema que les compuse a esos «hijos de Dios», y que hoy también comparto con vosotros.

LAS MISMAS MANOS

Son esas mismas manos
las que empuñan fusiles o azadones,
las que acarician o golpean.
Son esas mismas manos
las que labran los campos
después de la batalla,
haciendo de las bombas grano y pan,
y de la sangre allí derramada,
el vino con que brindan los amigos.

Cierra los ojos y coge la mano
del que tienes a tu lado.
No hay manos blancas o negras,
judías o cristianas,
musulmanas o ateas.
Solo manos capaces de sentir,
de acariciar, de compartir.
Manos que reparten el pan
para que coman todos.

Manos que labran la tierra
que antes fue testigo
del horror de los combates.
¿Quién es el héroe,
el que destruye los campos,
o el que los siembra?
¿Quién es el héroe,
el de las medallas y laureles,
o los hombres y mujeres
que trabajan duro esos campos
minados por la muerte,
para que gane la vida?

Son esas mismas manos que amenazan,
a las que tenemos que estrechar,
enseñarles a sembrar y a compartir la
cosecha.
La tierra es generosa, la mar es generosa,
la naturaleza entera es generosa,
por eso el héroe ama la vida.
¿Quién está detrás de las guerras?
Son esas mismas manos,
como las mías y las tuyas,
a las que nadie enseñó a abrazar,
a acoger, a acariciar.

Cierra tus ojos y toca otras manos,
¿Son negras?
¿Son blancas?
¿Son musulmanas?
¿Son cristianas?
Son manos de seres como tú,
que tienen miedo,
que tienen hambre,
que son perseguidos,
que son diferentes.

Tan diferentes como todos nosotros.
Todos somos diferentes,
y esa es la maravilla de ser humano.
No dejemos de ser humanos,
amemos esas diferencias
pues detrás hay una persona
con nuestras mismas necesidades,
y la más importante es,
el que alguien te abrace.

¡FELIZ NAVIDAD!

Armando Menéndez Suárez

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